8.4.11

Los dioses y la madre que los engendró

Hoy me siento especialmente contenta, así que voy a escribir sobre uno de los temas que más me apasionan de la cultura romana, que es la mitología.
Para empezar, comentarles que los dioses romanos son una copia casi exacta de los dioses de la cultura griega,  así que, respetando lo que va siendo la prioridad, voy a proceder a expresarme siempre anteponiendo los nombres que recibían por los griegos, aún así, los dioses romanos seguían siendo igual de libertinos, puñeteros e hijos de su madre que los de los griegos, así que no se preocupen, la veracidad no se verá para nada alterada. 

El tema de la mitología es extensísimo así que sería imposible contarles todo lo que me apetecería en un solo post, por lo tanto, de momento sólo voy a explicarles un poco el origen de todo.
Dioses había tantos como cosas cotidianas en la vida de un ciudadano, había dioses destinados a proteger los partos, los negocios, el vino y hasta a los ladrones. Nadie se salvaba de la tutela de los dioses, nadie escapaba de ellos, porque, si algo no ha cambiado, es que los dioses siempre han sido dioses, en Grecia y en Pekín: omnipresentes, omnipotentes, omniscientes y la mar de salaos. 

Toda mitología tiene su historia, su origen, ya saben, “Y se hizo la luz” y esas cosas. En el caso de los dioses griegos no es de distinta manera, pero si algo me gusta de ellos, a diferencia de las religiones que cohabitan, o almenos lo intentan, en el siglo XXI, es que se tomaban las cosas con más tranquilidad, sin tanto aspaviento, eran dioses y lo sabían, podíamos decir que iban completamente a su rollo. 

Primero de todo había el Caos, cómo no, el Caos siempre es lo primero, cito a Wikipedia: “El estado primigenio del cosmos infinito”. Yo no lo podría haber dicho mejor. El Caos no era un dios, simplemente estaba allí, nadie sabe, nadie pregunta, estaba allí. 

Del Caos surgió Gea (Gaya para los romanos). Gea era la tierra, el planeta tierra, se entiende, Toda ella, tienen que imaginársela completamente plana, sin nada, la tierra pura y dura. Gea, madre de todos los dioses, engendró a Urano (Urano) que era el cielo estrellado, para que la cubriera. Bueno, ya tenemos a Gea y a Urano, madre e hijo, en harmonía y coexistencia, planos los dos, eso era todo, como un horizonte holandés. 

 Gea, madre de todos los dioses

Pero a Urano le empezó a crecer el pelo y como que no había mucha fémina por ahí, pues decidió procrear con su madre. De ahí salieron un montón de hijos, pues ya sabemos que la tierra es fértil, pero los que nos interesan son de tres  tipos: Los cíclopes, de un solo ojo, feos como ellos solos, los hecatónquiros, que tenían cien cabezas, y los titanes, que en principio, no estaban mal del todo. De ésta última raza pertenecía Crono (Cronus) , que había cosechado un odio tremendo hacia su padre, el fertilizador Urano.
Urano, por su parte, no estaba muy de acuerdo con el tema de tener hijos de un solo ojo y con cien cabezas, así que se dedicó a meterlos, literalmente, de nuevo en el vientre de su madre. Es decir, que los encerró bajo tierra.  A Gea, como toda mujer puede imaginarse, eso le dolía lo que no está escrito, y debido a lo que se retorcía, aparecieron las montañas, las colinas, los volcanes, los valles, etc. 

Gea, hasta las narices de engendrar hijos no deseados, convenció a los Titanes, los únicos que no estaban encerrados, a acabar con el trono de su padre. Obviamente los dioses no se pueden matar, eso es una lección básica. Crono, el único que parecía tener lo que había que tener, encontró la forma de liberar a sus hermanos. Cogió una hoz de oro, castró a su padre y se acabó el problema. 

 Me solidarizo con los lectores del género masculino...

Pero los miembros del dios del cielo no son unos miembros cualquieras, de las gotas de sangre que cayeron en la tierra se crearon los gigantes y algunos semidioses que habitaban en la naturaleza, mientras que del miembro en sí, que cayó al mar, y después de hacer un espectáculo de espuma y serpentinas, apareció de dentro de una concha tamaño dios, Afrodita (Venus), diosa del amor y de la sexualidad. Así que sí amigos, Afrodita resulta ser una de las diosas más viejas que hay, para que después digan que la belleza va ligada a la edad. 

 El nacimiento de Afrodita, por Boticcelli.

Una vez su padre estaba fuera del mercado, Crono, el dios del tiempo por cierto, se alzó como nuevo rey de los dioses junto a su hermana Rea que, en griego significa, literalmente, “flujo”, refiriéndose al ciclo menstrual, podríamos decir que era una diosa que se encargaba de los partos y demás.
Crono, sabiendo lo que le había hecho a su padre, tenía un miedo terrible a la descendencia, ya se sabe “Se cree el ladrón que todos son de su condición”. Pero descendencia hubo, vaya si hubo, Crono y Rea engendraron a (atención que viene una enumeración): 

Héstia (Vesta):diosa de la arquitectura, la cocina y el hogar. Muchos templos en roma eran templos de Vestales, mujeres que serían equivalentes a las monjas, que protegían el templo y veneraban a la diosa. 
 Vesta, haciéndose la virginal.

Deméter (Ceres): Diosa de la agricultura y de las estaciones. 

 Deméter con su manojito de trigo.

Hera (Juno): Ésta me encanta, menuda petarda estaba hecha, es la diosa del hogar, futura esposa de Zeus, vengativa a más no poder. (Tampoco me extraña, llevaba más cuernos que un reno, la mujer)
 Hera, su mirada de desconfianza lo dice todo.

Hades (Plutón): Dios del inframundo. Aunque siempre lo han pintado fatal, la verdad es que Hades era el único dios que trataba con imparcialidad a todos los súbditos de su reino: los muertos.  Los demás se dedicaban a fastidiarles la existencia siempre que podían. 

  Hades, en el inframundo no hace falta acicalarse tanto.

Poseidón (Neptuno): El hombre del tridente. Dios de los mares, océanos y superficies dónde hubiera agua. Este también era un buen elemento…

 Poseidón, sin su tridente no era nadie.

Zeus (Júpiter): Dios de dioses, el rey de todo, básicamente. También era el más pequeño
.
 Dios de dioses y con estas pintas...

El caso es que Crono, debido al miedo que tenía de la descendencia, se iba a tragando a los hijos nada más salían del vientre de su madre, uno tras otro sin excepción. Supongo que muchos recuerdan el cuadro de Goya “Crono devorando a uno de sus hijos”, pues eso.


 Por si alguien no sabe de que hablo, este es el cuadro de Goya, muy agradable...

Rea, como su madre, estaba hasta el gorro de los dolores del parto que después no servían para nada de nada, porque el padre se los metía en el buche, así que con el pequeño, con Zeus, no sé si es que sería más mono que los demás o qué, hizo una excepción.
Envolvió en mantas una piedra y se lo ofreció a Crono. Éste, que debía tener mucha hambre o algo, se lo tragó pensando que se trataba de su hijo. Entonces Rea cogió al pequeño Zeus y lo llevó a la isla de Creta donde fue amamantado por una cabra llamada Amaltea. Del bebé cuidaban unos semidioses llamados Curetes, que hacían ruido constantemente bailando y dando palmadas para que Crono no oyese los llantos del niño. 


Zeus mamando de una cabra con nombre propio, ahora entiendo muchas cosas.

Zeus creció y se hizo todo un hombre, así k volvió para vengar a sus hermanos y derrocar a su padre (siempre estaban igual, se aburrían). Lo mejor es la manera cómo lo hizo. Para que tengan un ejemplo de lo terrenales que resultaban ser.
Zeus engañó a su padre haciéndose pasar por un sirviente y le dio un vomitivo, así de fácil. Crono expulsó a todos sus hijos al revés de cómo se los había comido, es decir, Poseidón, Hades, Hera, etc. Los hijos llevaban años ahí dentro, pero son dioses, así que salieron ya mayores, supongo que con sus armaduras relucientes.
A todo esto, me había olvidado decir que Crono, una vez derrocó a  Urano, volvió a meter dentro de Gea a los Cíclopes y a los Hecatónquiros, así que no sé para qué leches castró a su padre, en fin. Zeus volvió a liberarlos  y estos le regalaron un rayo a Zeus, un tridente a Poseidón y un casco a Hades. 

Después de una guerra que duró eones (medida de tiempo que sólo pertenece a los dioses, porque es demasiado extensa para concebirla por un mortal) derrotaron a Crono, a quien desterraron al tártaro pero que sigue viviendo en los relojes de ustedes y en su angustia cuando no llegan a coger el autobús.
A partir de entonces, los varones, eso sí que no lo cambian ni los dioses, se repartieron el mundo. Zeus se quedó con el cielo y la tierra, por ser el liberador y porque todo el mundo sabe que de la misma forma que el papel gana a la piedra, el rayo gana al tridente, y sobre todo, al casco (me da pena, pobre Hades). Poseidón se quedó con los mares, océanos, ríos y demás, y a Hades le tocó el inframundo. 

Creo que de momento ya está bien. Más adelante les hablaré con más detalle de los entes que he mencionado en éste post, así como del resto de los Olímpicos que eran 15 en total. 
Que los dioses les pillen confesados...



2 comentarios:

  1. Mola! Mira que he visto pelis y he leído sobre mitología... pues nunca recuerdo qué dioses son griegos y cuáles romanos.
    Estoy sseguro que los Dioses-macho, habrían dado una efusiva bienvenida a Gyletios, dios de la maquinilla de afeitar que me acabo de inventar :P

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  2. No descartes algo parecido a eso, querido Sergi.
    Los nombres en paréntesis es como les llamaban en romano, pero en su mayoría, eran los mismos. Aunque los romanos divinizaban a personas (a Calígula por ejemplo), cosa que los griegos nunca hicieron...

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